Ubicado al pie de las sierras, muy cerca de la capital provincial, el dique ofrece la posiblidad de realizar múltiples actividades deportivas y recreativas en un entorno natural único.
Muy cerca de San Miguel de Tucumán, impacta un extenso espejo de agua de 11 kilómetros de largo por 4 de ancho.
Ubicado en El Cadillal y construido hace poco más de 50 años, se encuentra enclavado en las Sierras de Medina. En este paraíso para los amantes de la aventura y la vida al aire libre, las actividades náuticas como canotaje, windsurf, kitesurf y pesca, encuentran un ambiente fantástico.
Tucumán es sinónimo de naturaleza, de vegetación, de esa humedad que bendice gran parte de su territorio y le da un verdor único. Hacia el norte de la Capital provincial, y a medida que la Yunga comienza a espesarse, la sensación de bienestar que entrega el frondoso paisaje en todas las épocas del año, se hace presente. Es en esta zona de la provincia donde surge la majestuosidad del dique Celestino Gelsi, un amplio reservorio de agua rodeado por el verde paisaje tucumano.
Viajando hacia el norte, por la Ruta Nacional 9, luego de 20 kilómetros desde el centro de la ciudad, se accede a la Ruta Provincial 347, la que por 6 kilómetros más, permite llegar al embalse Celestino Gelsi, ubicado en El Cadillal.
Este dique rodeado de montañas y de la imponente vegetación de la Yunga es el lugar ideal para que la práctica deportiva se convierta en una experiencia inolvidable.
A esto se suma la bondad del clima de la zona durante todo el año, un remanso de frescura y humedad que predominan en el ambiente acuático, aún en los tan tórridos días del verano tucumano.
El mayor espejo de agua de la provincia ofrece la posibilidad de practicar una amplia variedad de deportes acuáticos, como el windsurf, kitesurf o kayak, además de disfrutar en familia de paseos en lancha y catamarán.
El kayak, en distintos clubes náuticos de la zona, es una experiencia accesible para cualquiera que se anime a avanzar aguas adentro, con todas las medidas de seguridad disponibles para realizar la práctica sin riesgos, sin necesidad de una experiencia previa. Quienes dudan de sus fuerzas para el remo, pueden optar por navegar en un kayak doble, acompañados de un instructor.
Pero la experiencia natural que ofrece El Cadillal no solamente está en el agua. Por los distintos senderos y lugares que rodean el espejo de agua, el deporte de aventura se puede disfrutar en todo su esplendor, particularmente con la práctica de Mountain bike, uno de los deportes más desarrollados en la provincia, el canyoning o el trekking.
Recorrer en bicicleta estos senderos verdes y boscosos, suspenderse entre las cascadas de los afluentes del dique o caminar en búsqueda de las cimas de las montañas aledañas son algunas de las posibilidades de disfrutar el lugar.
La infraestructura turística del Dique se desarrolla día a día, sumando propuestas para todo tipo de público que accede al lugar. Así, se ofrecen distintos servicios gastronómicos para todas las horas del día y para todos los bolsillos, y además una impresionante aerosilla de 600 metros de recorrido que lleva a la cumbre de la Sierra de Medina, desde donde se observa la imponencia del embalse y la maravillosa vegetación de su entorno.
La provincia de Tucumán, a través de su Ente de Turismo, encaró durante la pandemia una enorme obra en los sectores aledaños al espejo de agua con el objetivo de posicionar al Dique Celestino Gelsi como un centro turístico enmarcado en las serranías pobladas por la selva tucumana.
El objetivo del proyecto denominado Complejo Turístico Puerto Argentino fue la puesta en valor y revalorización de este importante sector de la Villa Turística de El Cadillal, mediante el ordenamiento del espacio, la conectividad de los diferentes niveles y la incorporación de actividades y paseos que permitan el disfrute del visitante.
De esta manera se organizaron distintos espacios arquitectónicos como el Museo Arqueológico El Cadillal (MAC), una confitería, un amplísimo anfiteatro, terrazas con vistas panorámicas, locales comerciales, conectados entre sí por escaleras, puentes y pasarelas.
Para culminar esta experiencia única para los visitantes, a sólo tres kilómetros del dique se accede a la Reserva Natural Aguas Chiquitas, que protege el increíble ecosistema del Bosque de Transición, con especies animales y vegetales únicas, y enormes caídas de agua, con cascadas de hasta 40 metros de altura.
Para llegar hasta allí es necesario recorrer a pie esos tres kilómetros, siempre con la guía de prestadores habilitados.
Descubrir la historia, a través del Museo Arqueológico El Cadillal
El moderno Museo Arqueológico El Cadillal (MAC), una obra generada en la reciente intervención arquitectónica del Complejo Turístico Puerto Argentino, ofrece un recorrido museológico por las distintas culturas que habitaron esta zona del país.
En 1965, con el llenado del embalse, comenzaron a “lavarse” las costas, lo que motivó las primeras excavaciones arqueológicas (1971/72) en algunos cementerios indígenas localizados en las márgenes del espejo de agua.
En la región confluyen múltiples evidencias de culturas prehispánicas, como la de San Francisco, Candelaria, Ciénaga y Santa María. Las diferentes “culturas”, conocidas hoy en el noroeste argentino, han sido clasificadas utilizando la cerámica como elemento distintivo, teniendo en cuenta los aspectos técnicos e iconográficos, los que no indican diferencias étnicas. Las colecciones que aquí se presentan abarcan desde los primeros años de la era cristiana, 200 D.C., hasta unos años antes de la expansión inca en nuestra región, cerca del 1570.
La historia del Dique Celestino Gelsi
El abastecimiento de agua a la población de San Miguel de Tucumán fue la gran preocupación de los gobernantes de la provincia durante las últimas décadas del siglo XIX. Eso hizo que el teniente Lucas Córdoba, quien asumió su segundo mandato como titular del ejecutivo, a fines de 1901, le encomendara a su gabinete impulsar el proyecto de embalse de los caudales del río Salí, en la zona denominada El Cadillal.
La iniciativa tuvo aceptación unánime en ambas cámaras y se dispuso la inversión de un millón de pesos para la ejecución de las obras, a través de la ley aprobada el 7 de diciembre de 1903.
Según lo establecido en el plan original, el desarrollo del dique tenía como objetivo garantizar el riego de un extremo al otro de la provincia, con la meta de asegurar mayores beneficios a los agricultores. La represa tendría la capacidad para regar 100 mil hectáreas de forma permanente, extendiendo los beneficios a las zonas de Leales, Tafí Viejo y Burruyacu.
Ya en 1962 se retomó la construcción del Dique, culminando en 1965. También en 1962 se edificaron las primeras viviendas para alojar a los ingenieros a cargo de la obra, que finalmente dieron origen a la actual villa veraniega.
El embalse tiene una extensión de 11 kilómetros de largo, unos cuatro de ancho, y 67 metros de profundidad máxima. Su nombre oficial, Dique Celestino Gelsi, homenajea a un exgobernador tucumano e impulsor de su construcción.
La central hidroeléctrica no solo genera unos 14 MW de energía eléctrica, sino que además alimenta una planta potabilizadora que provee aproximadamente la mitad del agua potable que consume San Miguel y, aguas abajo, se complementa con un dique compensador que posibilita el riego de alrededor de 35.000 hectáreas.